Esta historia nace de la mano del autodidacta Miguel Angel Villar, un apasionado de la náutica, que habiendo pasado por cuanta embarcación se les ocurra, hoy es el feliz propietario de la Elisa Madre.

Esta chata no fue concebida como se la muestra en la fotografía. Luego de haber recorrido practicamente todo el Delta y habiéndo evaluado a más de treinta barcos, Poseidón lo enfrentó con el espectacular desafío de adquirir el casco metálico pelado de una chata arenera.
Entusiasmado con la idea de construir algo único, decidió contratar a los armadores del Astillero Lamadrid, por ese entonces suspendidos. El paso siguiente fue recurrir a Ariel Caceres, quien en aquel momento todavía era estudiante de ingeniería naval, y entre ambos diseñaron lo que hoy se puede ver. Contando ya con el casco en su casa, mientras Miguel Angel aportaba las ideas, los bocetos y las medidas iniciales, Ariel se encargaba de llevarlas a la realidad y los armadores a la práctica. Como dato curioso nos cuenta que utilizó más de treinta y cinco placas de fenólico y quemó: dos soldadoras, tres amoladoras y dos sierras sencitivas.

"Si estás pensando en encarar un proyecto como éste y no tenés una compañera que tire para el mismo lado, olvidate"

Ficha técnica: Eslora 14,50 mts.; manga 4,30 mts. y puntal 0,75 mts. Peso aproximado 20 toneladas. Motor Mercedes 1518 Turbo de 180 HP y caja Velvet Drive.
Este es otro caso más donde se conjugan un sueño, un placer, la familia, el delta y la náutica: "Un prospecto de vida maravillosamente feliz posible de realizar".
Hasta nuestro próximo encuentro y recuerden navegar con responsabilidad.