Ahora sí! Continuemos con el relato.
Aunque ya parado por sus propios medios, el paso siguiente era colocar las landas y fabricar las jarcias que le terminarán por dar firmeza al conjunto. Para la tarea de realizar las gazas de los cables, consultamos a Fernando Fabersane quien, muy didácticamente, nos mostró como se hacían antes, con caño de cobre y plomo colado. La prueba fue un fiasco y decidímos entonces utilizar "nicopres". Armamos una matriz con tres clavos de acero y, haciendo uso de lo último en tecnología, le pegamos un par de mazazos para sellarlo. Así armamos dos obenques por banda, los dos estays y el aparejo de la botavara, cuya función adicional será oficiar de pescante para el izado y bajado del auxiliar.
Este fue el trabajo más agotador pues, se colocaba el cable de acero en el palo, después se paraba el mástil, se marcaba el cables, se bajaba el palo, se desmontaba nuevamente el cable, se cortaba y armaba la gaza. Este procedimiento se repitió tantas veces como jarcias se colocaron.
El paso siguiente consistió en realizar la instación eléctrica de las luces de cruceta y la luz de todo horizonte. Luego vinieron los detalles como el atado de los obenques a la cruceta, la colocación de los topes de cruceta, las dos omegas con motones (herraje que sirve para cambiar la dirección de un cabo. Es el equivalente a las roldanas de uso terrestre) en donde se hicieron firmes las ságulas (driza fina que se utiliza para izar banderas). Se armaron los aparejos de la botavara y del estay de popa, se realizó el trimado del mástil, se colocaron los gallardetes y el Pabellón Nacional en los lugares correspondientes y la Jolly Roger a tope del palo.
La verdad es que nos sentimos orgullosos del trabajo realizado y de los resultados.
Mantener y restaurar un barco de época es un arduo trabajo, pero la recompensa es mucha y gratificante, y al final eso es lo que cuenta. Uds... que opinan?
Mis amigos nautas, nos despedimos hasta un nuevo encuentro. Que tengan Uds. una muy buena navegación!